lunes, 29 de julio de 2013

SOFIA - Las fotos que ilustran este texto pertenecen a Silvia Saavedra ¡ Gracias amiga por la inspiración !

Si me preguntás, no sé cómo llegué hasta acá. Jamás me hubiese vestido de rojo. Sentada en este auto, a la sombra…sin saber muy bien cómo fue, busco en la memoria, como en puertas que no conducen a ningún lugar y revuelvo una y otra vez la cartera. Inútilmente. No encuentro ningún dato que me lleve hasta vos. Y de pronto siento que me vuelvo vieja buscando y esperando. Ojalá no perdiera la sonrisa.



lunes, 15 de julio de 2013

Unplugged

UNPLUGGED

Una tarde pensó que tenía tantos contactos que corría el riesgo de electrocutarse. Tiró la blackberry por el hueco del ascensor desde el piso 25 a la planta baja. Abrió la laptop con una tijera y cortó todo lo que pudo en su interior. Guardó en el bolso un block de hojas blancas y un portaminas; salió a la calle, miró el cielo y empezó a caminar.






domingo, 14 de julio de 2013

El espejo

Paredes del hospital Borda sobre la calle Brandsen, Buenos Aires.


El espejo

Tenía un cuerpo espantoso. Cada mañana cuando pasaba por la vidriería de al lado entrecerraba los ojos para no verse multiplicada en los espejos que estaban en exposición. Pero hubo una tarde de lluvia que no podrá olvidar jamás. Apenas salió de su casa se desató un temporal que la obligó a pararse un rato largo frente al espejo del negocio vecino. Se puso de espaldas, miraba de reojo para evitarse y sentía agitado el ritmo de su corazón. Cuando de pronto se mezcló con su propio cuerpo la silueta del hombre que le tiraba un beso. La mano sobre los labios, el gesto con la boca y ese sonido de la conquista que no se puede pasar por alto. Ella se dio vuelta, pero él también. La remera roja y apasionada del hombre se abultaba sobre la joroba de su espalda. Nunca lo pudo mirar a los ojos.




Corta de vista

CORTA DE VISTA

Soy injusta con ella. Con las demás tengo una consideración que con ella no tengo. Sé en qué circunstancia me pueden acompañar cada una "de las demás". Ella, en cambio, siempre puede. Y aunque suene paradójico la trato como algunos humanos tratan a las personas  que quieren querer. Se acuerdan de unas para ir al cine, eligen a otras para salir a caminar, prefieren unas para ir a cenar, a otras para conversar. Un arco iris que se tiene presente para las ocasiones especiales. Pero hay algunas personas y bufandas que ofrecen de todo y, por eso mismo, sabiendo que estarán allí hermosamente variadas y dispuestas, siempre a mano, pero siempre, a veces no las tomamos en cuenta. Mi bufanda multicolor es la que más me abriga. Es la que va con todo. Es la que  alegra mi ojos, ahora mismo mientras me sorprendo con los colores de sus flecos en este viaje en colectivo, con frío.