Si me preguntás, no sé cómo llegué hasta
acá. Jamás me hubiese vestido de rojo. Sentada en este auto, a la sombra…sin
saber muy bien cómo fue, busco en la memoria, como en puertas que no conducen a ningún lugar y revuelvo una y otra vez la cartera. Inútilmente. No encuentro ningún dato que
me lleve hasta vos. Y de pronto siento que me vuelvo vieja buscando y
esperando. Ojalá no perdiera la sonrisa.
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