lunes, 14 de octubre de 2013

La feria del domingo


La feria del domingo

Los cincuenta pasos que separan una esquina de la otra, de la cortada donde está la feria, contrapuntean con los cien latidos de su corazón cuando va pensando en ella. 
Cada domingo la recuerda mientras atraviesa los puestos de artesanías. Le compraría la babucha violeta, la cartera roja, los aros de caña, la camisola blanca, todo le compraría. Y si algún lector pudiese creer que el amor no se compra, probablemente tenga razón. La ilusión de disfrutar de su abrazo tiene forma de regalo, hoy y todos los domingos del mundo. Por eso, cuando llueve, la extraña tanto.


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