lunes, 27 de mayo de 2013

Amasando

Hace años, pensándose vieja, amaba la idea de sentarse a la orilla del río. Esa idea se tornó melancólica. ¿Será melancólico el río? No puede ser, siempre anda pasando el agua. Siempre cambia. Hoy amasa pan en la cocina de la casa de campo, esa que también soñó en una noche de estrellas, con galería y flores. Y se quedará para cuidar que su masa duplique su tamaño, tibia, debajo de un repasador a cuadros.






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