lunes, 27 de mayo de 2013

La vida va




La vida va, en la ciudad, como iba aquella mañana la mujer del paraguas. El sol pleno y el calor insoportable. Las calles estaban repletas de sudor y musculosas; de anteojos negros y ojotas; de bermudas y botellitas de agua. Pero la vida no sale a la calle sin prender la tele. Y sin recitar de memoria la sensación térmica que no es la temperatura. Entonces, sin más, se calzó el trajecito sastre que tan bien le combinaba con el color verde del paraguas. Y así es como la vida va, en la ciudad, a contramano de cualquier sensación propia caminando a punta de paraguas y taco aguja, rasgando las veredas. Y la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario